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Policiales

Uno de los detenidos en Antares denunció abuso policial: «fue la peor tortura de mi vida»

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Salir a distenderse en Comodoro se vuelve una actividad cada vez más peligrosa para los jóvenes. Una vez más, la policía de la Seccional Primera vuelve a ser el centro de las denuncias por excesos, con el homicidio de Brian Gómez aún en la memoria colectiva.

Luego de los incidente en Antares, uno de los jóvenes que formó parte de la pelea relató lo ocurrido y cómo sufrió torturas de la policía luego de haber intentado evitar una posible situación de abuso.

«Salí de la universidad, tipo 7, me fui para el centro y justo me llama mi viejo, que estaba en Antares con mi mamá, mi hermano y mi sobrinita y me dice que vaya. Fui, comimos una  pizza, me tomé una pinta y mis viejos y mi sobrina se fueron y me quedé con mi hermano. Como ya había aprobado todos los parciales y estaba contento, nos quedamos ahí.»

«Es un violador»

Nos vamos a sentar a la barra y estaba este chabón que cayó en cana con nosotros. Este chabón que estaba ahí le dice a mi hermano ´no sabés alguna movida de pasti, de Rivotril´ Mi hermano se caga de risa y le dice: para qué querés eso. El chabón dice: por si pinta meterle en el vaso a alguna minita. Lo dice posta. Yo me re calenté mal porque me pongo a pensar que tengo a este forro hijo de puta en frente mio que es un violador de mierda. ¿Mirá si tenía una pastilla en ese momento y se lo pone a alguien? Me dió bronca, me levanté y le dije: ´¿a qué viniste, a quién se lo querés poner?´ y él se levanta y responde ´sí, si le quiero meter una pastilla a una mina, ¿algún problema?´. Atrás se levantaron su dos amigos, éste me pone una piña y me tiran dos vasos en la cara. Mi hermano salta porque me habían pegado. Cuando lo vi que saltó y que le estaban pegando entre los tres a mi hermano salté yo»

Cabe recordar que ya hubo testimonios de mujeres que asistieron a locales nocturnos de Comodoro y denunciaron sentirse descompensadas luego de haber tomado alguna bebida.

«Desde que me metieron el gas pimienta fue un infierno»

“El seguridad nos saca afuera a mi hermano y a mí, viene la policía y ni bien dice contra la pared yo me puse contra la pared porque sé cómo son los policías. Le digo a mi hermano: ponete contra la pared.

«El policía le tira gas pimienta en toda la cara, yo giro la cabeza para ver y a me estaban tirando gas pimienta en la cara a mi, de la nada. Nosotros ya estábamos arrestados. La gente les preguntaba » para qué le tiras» . Cuando me tiran gas pimienta en la cara, me esposan, el chabón con el que estábamos peleando viene corriendo de atrás y me pone una piña en la nuca. Yo no podía respirar, no veía nada, no entendía nada de lo que estaba pasando.»

Los policías me empezaron a pegar, me llevan contra el patrullero. Tenía una impotencia tremenda, me largué a llorar. Me metieron al patrullero, llegamos a la comisaría, los dos sin poder respirar. Desde que me metieron el gas pimienta fue un infierno» Los llevaron a la seccional primera. «Nos cagaron a palos, no podías respirar, te ardía la piel, sentías que te prendías fuego por dentro. Los policías nos cagaron a palos, nos hicieron desnudar. Estuve tres horas sin ver nada. Nos metieron en un calabozo y yo gritaba: por favor una ambulancia o que me dejaran lavar la cara porque no podía respirar. Me retorcía en el piso, lloraba. Fue una tortura, la peor tortura que viví en mi vida

«Mi viejo escuchaba como gritábamos»

A las tres horas me dejaron lavarme la cara, pude abrir los ojos pero me seguía ardiendo todo. Mi  hermano estaba igual y pedíamos una ambulancia pero no nos querían mandar. Nosotros le decíamos que teníamos derechos. Estaban mis viejos en la comisaría, del otro lado. Mi viejo escuchaba como gritábamos y también se desesperaron. Por eso me llevaron al hospital. Me metieron una patada en los huevos, no podía respirar. Me daban la cabeza conrra la pared mientras estaba esposado, sin poder ver nada, ardiéndome todo y me metieron una patada en los huevos encima. Fue horrible.

Después de eso volví a la comisaría, se lo llevaron a mi hermano, me quedé solo en el calabozo, Después me llevaron a la seccional tercera, donde está la alcaidía. Me tuvieron parado dos horas contra la pared, esposado.» Como si no fuera suficiente con los golpes físicos, los uniformados también ejercieron el tormento psicológico. «No me daban agua  y yo estaba que me moría. Encima me decían que me iban a meter en el pabellón con todos los presos. Me decíaan que son todos violines. Yo estaba cagado hasta las patas».

Denuncias

Quienes sean víctimas de violencia policial pueden realizar la denuncia correspondiente en el Ministerio Público Fiscal, calle Máximo Abásolo 980 o comunicarse en cualquier horario a los teléfonos (0297) 4463701 / 4462520 / 4462408.

 

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